María era adolescente y acababa de recibir la peor noticia que podía imaginar.
Nació hipoacusica, usaba audífonos.
Aprendió lengua de señas igual pues mucha información se le escapaba.
Sus padres la mandaron a aprender a hablar con las manos y ellos mismos aprendieron.
Leía los labios y fue a un colegio de chicos convencionales.
No era muy aceptada en la comunidad Sorda. Tenía amigos hipoacusicos.
Poseía buena presencia y soñaba
Con ser azafata. Amaba viajar. nocer otras culturas.
Planeaba casarce con alguien exótico.
Había imaginado toda su vida.
El oír poco no sería un obstáculo. Siempre se las ingenió para que no se notara, hasta llevaba el pelo largo para ocultar sus protecis auditivas.
Empezó a notar que no veía de noche, la vista era vital para María, pues compensaba su perdida con ella.
Se preocupó mucho más cuando notó que no veía de los costados.
-Maria- El oftalmólogo le dijo -Lo tuyo es algo muy raro. Se llama síndrome de Usher.
-¿Qué es eso? ¿Cómo se cura?
El profesional muy seriamente le explicó-No tiene cura por ahora.
-¿Qué?
Empezó a describirle que era. Le mostró figuras para graficar mejor lo que sucedía en su retina..
María dejó de prestar atención.
-la visión se irá cerrando cada ves más. Verás como quien mira por un tubo.
La tierra se le movía bajo sus pies. Su .mundo se desmoronaba.
-Es algo hereditario.-continuó el profecional- sí se juntan dos personas portadoras del mal, el niño puede nacer Sordo o hipoacusicos, tiempo después se agrega la perdida de visión.
-Eso es lo que me pasa- Lo miró – ¿Quedaré ciega?
– Eso no lo sé. Puede detenerce la perdida o no.
Sonrió sin ganas ante la ironía de la vida -Yo leo los labios y uso señas.
-Bueno, hay otras formas de comunicarse
… Regresó a su casa con lágrimas en los ojos
-Viejo, ¿ Que le pasa a la nena?
-No sé. Volvió y se encerró en su cuarto.
– tenía que ir al médico.
-Si. Algo debe pasarle. Voy a hablar con ella.
Su padre fue al cuarto y llamó.
-¿Quien es?- Dijo entre sollozos.
-Yo. ¿Qué te dijo el doctor?- abrió la puerta.
-Quedaré ciega.
– ¿Qué decís?
Ella le contó todo.
El la abrasó -Investigaremos juntos.
– ¡esto no es una gripe! Estoy condenada.
-Todo tiene solución.
-¡Ésto no tiene cura!.
-Cuando empezó tu hipoacusica tu madre y yo creímos que se acababa el mundo, aprendimos señas nosotros y vos. Estudiaste en un colegio común y ahora encontraremos cómo seguir…
María recordaba esos tiempos ahora que es una mujer madura. Aprendió señas en la palma.
Viajó por el mundo dando a conocer la sordoceguera.
Tiene un guía intérprete que realiza voluntariamente todo.
Aprendió a vivir con su condición.
Tiene un departamento con su pareja también sordociéga con restos.
No fue fácil al principio, pero aceptó su cuerpo y entendió que estaba viva por algo.